jueves, 16 de diciembre de 2010

ABC DE LA PROTESIS FIJA

Se pueden crear superficies masticatorias de cerámica o de cera siguiendo el modelo de la naturaleza, sin embargo aquí no se trabaja según confusos métodos de aplicación y raspado de cera, sino que se encera de forma aditiva siguiendo la orientación del llamado “compas oclusal” .
COMPAS OCLUSAL
Representa simbólicamente los diferentes movimientos masticatorios y marca además los espacios libres que someten a esfuerzo a las cúspides dentales durante los movimientos. De excursión. Los movimientos y los espacios libres están marcados según un código de color internacional. Cada uno de los elementos del compas se puede designar de la forma siguiente:

Punta del cono = punto rojo
Fosa central = círculo rojo
Protrusión = línea negra
Laterotrusión = línea azul
Latero protrusión = línea amarilla
Mediotrusión = línea verde


las zonas sombreadas en los colores correspondientes a la dirección del movimiento simbolizan la posible dispersión del movimiento. Las zonas limítrofes del ángulo de Bennett inmediato (ABI) al lado de la mediotrusión, y de la RS (retrusión), al lado de la laterotrusión, están sombreadas como campos rojos. Además del compás oclusal, la técnica de encerado natural le ofrece al principiante todavía otro medio de orientación: divide la superficie masticatoria en diferentes segmentos.
Si la encerar se procede de forma sistemática, teniendo en cuenta el compás oclusal y la disposición de cada uno de los segmentos, no será cosa de magia el reconstruir una superficie masticatoria natural y funciona. Funcional quiere decir, en este contexto, una superficie masticatoria que no interrumpa ningún movimiento.
Como es bien sabido, un compás oclusal solo hay una dirección de movimientos rígida. Y esta es la protrusión (negro). Todos los demás movimientos son variables en su ángulo y, por tanto más nos movamos en dirección anterior, alejándonos de la articulación maxilar.

Sobre la práctica
Técnica de encerado natural sobre la base de un de formación. Para ello hemos preparado un molar del maxilar superior (MS) y otro del maxilar inferior (MI) y colocamos los modelos en un articulador.
Antes de volcarnos en el aislamiento de los muñones y en el encerado, comprobamos con un papel articular (rojo) si hay contactos en toda la arcada dental restante. Sin o fuese el caso deberíamos reducir los contactos previos con una fresa fina hasta conseguir una relación de contacto con el resto de los dientes. Si en esta fase cono comprobamos la situación de contacto en el concreto de un paciente, puede ocurrir que asumamos un error técnico-material o de técnica de tratamiento y lo arrastremos al proceso posterior.

Se vuelven a comprobar en el articulador las condiciones de espacio y solo entonces se aíslan los muñones y se aplica cera de modelar. También después de esta operación de trabajo es necesario efectuar un control: en modo alguno puede aparecer ya en esta fase un primer punto de contacto.





Con el objetivo de crear una situación inicial como si solo faltasen las superficies oclusales, durante el modelado de coronas coladas de recubrimiento toral se crea una base de cera gris. Al mismo tiempo, con esta operación se determina la forma exterior de dichas coronas. A continuación podemos dibujar o grabar con un instrumento las coordenadas de movimiento de nuestros dientes sobres la base.
En el caso de coronas coladas de recubrimiento parcial, como en nuestro caso, la sustancia dental restante disponible ya nos fija previamente la forma del diente. De este modo podemos marcar las coordenadas de movimiento grabando en la cera de modelar.

El punto de corte de nuestras coordenadas oclusales de movimiento se encuentra en la fosa central y se marca mediante un punto con un instrumento (instrumento para surcos).
La línea de protrusión (PT) transcurre de forma paralela al plano mediano, en el MS hacia mesial y en el MI hacia distal, alejándose de la fosa central.
Nos trazamos la línea laterotrusión (LT) totalmente en ángulo de 90°, sino un poco mas agudo. En el MS hacia mesio-vestibular y en el MI hacia distolingual, vista desde la fosa central.
L a lateroprotrusión transcurre entre el movimiento de protrusión y el de laterotrusión y el de laterotrusión, partiendo des de la fosa central, de forma exacta en la cúspide a emplazar después en el MS hacia mesio-vestibular y en el MI hacia disto-lingual.
La mediotrusión transcurre en el MS donde en la cúspide mesio-palatina se separa el elemento rudimentario del cono principal. En el MI, la mediotrusión transcurre hacia disto-vestibular, a través de la cúspide medio-vestibular y disto-vestibular.
La zona limítrofe de la retrusión (RS) empieza en la fosa central; en el MS transcurre casi como un prolongación (aprox. 1mm) del movimiento de protrusión hacia distal y en el MI hacia mesial.


Nuestro objetivo
Nuestro objetivo es ahora encerar dos cuadrantes por segmentos y en plena relación de contacto con los antagonistas. Estos segmentos los enceramos en colores que se corresponden con los de las coordenadas de movimiento.

ENCERADO NATURAL DE MOLARES EN CONTACTO CON EL ANTAGONISTA
Colocación del a base del cono
Ante nosotros tenemos los modelos con la base preparada y las coordenadas marcadas. Se pone primero una gota de cera en cada uno para colocar los diferente conos y con ello las puntas de las cúspides.
La gota verde corresponde en el MS a la cúspide mesio-palatina y en el MI a la cúspide medio-vestibular. Esta se sitúa detrás de la zona limítrofe del ángulo de Bennet Inmediato (ABI).
En el MS, la gota amarilla indica la cúspide mesiovestibular y en el MI la cúspide disto-lingual. Se la coloca exactamente sobre la línea amarilla de latero-protrusion.




Montar los conos
Una vez que se han situado correctamente cara una de las gotas hasta una altura interminable de la cúspide. Empezamos con el cono de la cúspide mesio-palatina del MS y con el cono de la distovestibular de MI. En el articulador se comprueba si existe un primer contacto. Si es así, hay que eliminarlo. Por último se enceran y modelan cada una de las columnas de cera convirtiéndolas en auténticos conos. Ninguno de estos conos puede presentar concavidades.

Repetimos esta operación de trabajo en la cúspide disto-vestibular en el MS, así como en la cúspide mesiovestibular.

A modo de conclusión se levantan también los conos amarillos: en el MS, el cono mesio-vestibular, y en el MI, el disto-lingual.


Para evitar zonas problemáticas, estos conos no se montan tan altos.
Para poder entender las fases siguientes, el lector tiene que haber captado la sistemática utilizada: primero enceramos el elemento en cuestión de molar superior en una de las mitades del maxilar y controlamos los puntos de contacto resultantes, tanto en nuestro modelado como también en la mandíbula. A continuación nos centramos en el molar del MI y en sus elementos en la mitad contrapuesta del maxilar. También se encera y se comprueban sus puntos de contacto con el antagonista natural del MS.
MODELADO DE LA CUSPIDE MESIO-PALATINA DEL MS
Partiendo desde la punta del cono, se coloca una cresta auxiliar mesial y una distal. La mesial es interrumpida a la mediotrusión por surco y, partiendo de la fosa central hacia arriba, se modela plana con el instrumento rascador. Solo de este modo se puede crear suficiente espacio libre para el ángulo de Bennett inmediato (ABI). La biomecánica define esta parte mesial de la cúspide mesio-palatina como elemento rudimentario, ya que según esta filosofía no asume función alguna. Se el D. Schulz, este elemento si asume una función en caso correspondiente grado de abrasión.
La cresta auxiliar distal del molar superior transcurre desde la punta del cono hacia disto-vestibular, en el centro de la superficie masticatoria.
La cúspide mesio-palatina acabada se puede completar en la pendiente mesio-palatina, mediante el tubérculo carabelli. Se debe prestar atención a que el tubérculo carabelli no provoque trastornos en la posición de mordida final.
MODELADO DE LA CUSPIDE MEDIO-VESTIBULAR EN EL MI
En el MI empezamos con el modelado de la cúspide medio-vestibular. Para que los trayectos de la cúspide de compresión mesio-palatina superior, partiendo de la fosa central, no presenten un transcurso tan recto y amplio se encera un elemento adelantado en el MI, en la cúspide disto-vestibular. Transcurre una ligera subida desde la fosa central hacia disto-vestibular.
En la punta del cono se modela la cúspide mesio-vestibular del molar inferior formando un elemento en bola (cúspide de compresión). Así se obtienen dos puntos de contacto de apoyo: uno en la pendiente mesio-vestibular (punto de contacto nro 3) y otro en la pendiente disto-vestibular (punto de contacto nro 4).

MODELADO DE LA CUSPIDE DISTO-VESTIBULAR EN EL MS
Desde la punta del cono, colocamos un reborde hacia palatino y, este modo, creamos la unión con la cúspide mesio-palatina. Esta unión no viene interrumpida por ningún surco y se llama cresta transversa.
Desde la fosa central, en dirección disto-vestibular, se encera un elemento adelantado en el que encontramos el punto de contacto numero 4.

Completamos estas cúspides con una cresta de borde mesial y distal.
MODELADO DE LA CUSPIDE MESIO-LINGUAL EN EL MI
Volvemos a colocar una cresta de cera desde la punta del cono en dirección a la fosa central. Después colocamos un elemento adelantado, empezando por disto-lingual, pasando por la cresta del reborde triangular. En otro lado del reborde triangular modificamos claramente el transcurso del elemento adelantado en dirección hacia la punta del cono. En este elemento adelantado se encuentra el punto de contacto numero 5. La cúspide mesio-lingual se completa con una cresta marginal mesial y distal.

MODELADO DE LA CUSPIDE MESIO-VESTIBULAR EN EL MS
En el maxilar superior se completa la cúspide mesio-vestibular, en la medida en que montamos el cono desde la fosa central, formando un reborde triangular. La hacerlo tenemos que tener siempre presente la altura de la punta del cono. Dicha altura debería ser lo más baja posible, para que la cúspide medio-vestibular en le MI pueda ir de forma precisa hacia la punta del cono en el movimiento de lateroprotrusión.
Mediante la creación de la cúspide mesio-vestibular se obtiene un punto de contacto en el reborde triangular, la cual designamos como punto de contacto numero 3. La cúspide mesio-vestibular se completa solo con una cresta marginal mesial y distal y a continuación ya está acabada.

MODELADO DEL A CUSPIDE DISTO-LINGUAL EN EL MI
Aquí se vuelve a prestar especial atención al as alturas entre la punta disto-lingual y mesio-lingual del cono del molar inferior. La cúspide disto-lingual se mantiene más baja a propósito.
El punto de contacto numero 6 reconocible en el reborde alveolar triangular se evidencia, después de cerrar el articulador, en la pendiente disto-palatina de la cúspide del MS. De este modo hemos conseguido un tripodismo también en esta zona. También la cúspide disto-lingual en el MI se completa con una cresta distal y mesial libre de contactos.

SEGMENTO MESIO-PROXIMAL Y DISTO-PALATINO EN EL MS
Por último se rellena en el maxilar superior, procedente de la fosa central, el espacio libre entre la cúspide mesio-vestibular y la mesio-palatina. La hacerlo surge el borde marginal mesio-proximal, en el que durante un movimiento de cierre se marca el punto de contacto numero 1. En la misma operación de trabajo se encera el cono del segmento disto-palatino del MS con cera gris y se convierte en un cono.

SEGMENTO MESIO-VESTIBULAR Y DISTO-VESTIBULAR EN EL MI
También en el MI montamos en cera gris los conos de la parte mesio-vestibular y disto-vestibular de la cúspide. En el caso del cono mesio-vestibular del molar inferior se ha de prestar atención a que el reborde triangular no caiga, partiendo de la punta del cono, hacia disto-lingual en la fosa central, sino que transcurra exactamente en dirección hacia la punta del cono de la cúspide mesio-lingual.
ACABADO DE LA CUSPIDE DISTO-PALATINA EN EL MS
Para completar el segmento disto-palatino descrito en el molar superior se encera el cono disto-palatino desde la punta hacia mesio-vestibular, convirtiéndolo en un reborde triangular, y se encuentra conexión con la pendiente distal de la Creta transversa. En la cresta mesial de la punta del cono surge el punto de contacto numero 8.
Por último se completa la cúspide disto-palatina del molar superior mediante una cresta marginal distal.

ACABADO DELA CUSPDE MESIO-VESTIBULAR EN EL MI
Ya se ha montado el cono mesio-vestibular convirtiéndolo en un reborde triangular. Su cresta mesial de unión empieza en la punta del cono y al mismo tiempo conforma el reborde marginal mesio-proximal, que conlleva el contacto proximal con el diente vecino. En la cresta mesial obtenemos el punto de contacto numero 2.
ACABADO DE LA CUSPIDE DISTO-VESTIBULAR EN EL MI
Acabamos esta cúspide distal mediante un reborde marginal distal-proximal que cierra el molar inferior hacia distal y que apoya el segundo molar inferior hacia proximal. En el reborde marginal distal se encuentra el punto de contacto numero 8.

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