miércoles, 23 de julio de 2008

Manifestaciones sistémicas del brote dentario

El criterio sobre si la dentición es responsable de tastornos sistémicos prevalence entre odontólogos, médicos y padres que con frecuencia mencionan varios síntomas y signos.1
La boca del neonato no tiene dientes, pero la calcificación de los dientes primarios comienza aproximadamente a las 14 semanas de vida intrauterina.1
La unión de los dientes con los maxilares se logra mediante el periodonto. Ésta forma una unidad funcional manifiesta y genética, cuya función principal es unir el diente con el hueso.2
En lo que respecta a la fuerza de la erupción dentaria, no hay actualmente nada en concreto y muchas son las teorías que tratan de explicarla.
La primera se refiere al crecimiento de la raíz, que se alarga, y por consiguiente la corona se desplaza erupcionando el diente. La otra teoría es la presión vascular que está explicada con la presión que ejercen los capilares del saco dentario.3
Los dientes humanos se desarrollan en los maxilares y no afectan la cavidad bucal hasta que se ha madurado la corona. Antiguamente el lenguaje de erupción se aplicaba en general a la aparición en la cavidad bucal del diente; sin embargo, se sabe que los movimientos de los dientes no se detienen cuando encuentran a sus antagonistas, porque los movimientos eruptivos comienzan en el momento de la formación de la raíz y continúan durante toda la vida del diente.4
La erupción de los dientes deciduos a menudo es precedida y acompañada de dolor, fiebre y ligero malestar general, no considerados como consecuencias de este proceso fisiológico, más bien como accidente durante éste; cuando un diente está próximo a salir hacia la cavidad bucal, la presión ejercida sobre los tejidos que la cubren contra los bordes afilados de las cúspides puede provocar lesiones ligeras.
Durante muchos años ha existido la discrepancia entre médicos y estomatólogos. Los primeros plantean que el brote y erupción dentaria no se acompaña por signos y síntomas, los segundos han demostrados lo contrario; pero en la bibliografía de pediatría revisada nos encontramos con Cruz Dervoidez, un autor español, que defiende el criterio de que la erupción dentaria puede ir acompañada por una serie de fenómenos: aumento de flujo salival, alteraciones del comportamiento (irritabilidad), reacciones vaso-motoras faciales y crecimiento en el esqueleto de la cara y maxilar. También plantea que cuando se asocia con enfermedades generales, ésta puede retardarse un año. Según Moyer, todo esto puede ir acompañado de prurito gingival, diarreas, catarro, fiebre y eritemas, que ceden con la erupción del diente.1
En nuestra experiencia hemos visto niños en cuerpos de guardia con estos síntomas y signos, y los pediatras, muy preocupados por no encontrar las causas después de haber realizado los exámenes clínicos y de laboratorio, donde las cifras resultaron ser negativas; sin embargo, a pesar de esto, no comparten la idea de que la causa pueda ser la erupción dentaria. Todo esto nos ha motivado a realizar este trabajo y a seguir profundizando en esta investigación.

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